miércoles, 9 de octubre de 2013

DREAMING


Soñando hielos, nieves y ventiscas, descubrí esta foto por casualidad el día 28 de marzo de 2013. Es del invierno anterior, cuando cabalgábamos a galope tendido por las paredes heladas sin importar demasiado las ataduras. Si tenemos once minutos vamos allá...
Desde entonces la compartí varias veces y me gusta recrearme en ella, es sencilla, sincera e incluso, es posible, que fuera tomada con el objetivo empañado.
El sudor, de haberlo, que no lo hay; no huele a miedo. El viento trae recuerdos de batallas lejanas en otros continentes distantes sólo en la memoria.
¿Desprende cierta melancolía?


El duende me mira cuando viene esta imagen a mi cabeza. La busco y la pongo; es su camino, en los confines de su bosque húmedo. Los duendes, aunque parezcan despiadados con sus preguntas, son demasiado sensibles para un mundo que pretende ir tan rápido.
También eran sueños de hielo, nieve y ventisca. Desprende melancolía.

Ayer acabé de leer Baila, baila, baila, uno de los pocos libros de Haruki Murakami que quedaban por traducir al castellano. Tres opciones: a) es un libro imposible, b) es realmente malo y c) es un genio y está vivo. La respuesta es evidente, cuando leo los últimos renglones se me saltan las lágrimas, perdón:
"Cuando las agujas marcaron las siete, la mañana de verano se filtró por la ventana proyectando un cuadrado de luz ligeramente deforme sobre el suelo de la habitación. Yumiyoshi dormía profundamente. Le levanté delicadamente el cabello, dejando al descubierto una de sus orejas, y la besé con suavidad. ¿Qué podía decirle?, me pregunté. Había muchas maneras de decir las cosas. Muchas posibilidades, muchas expresiones. ¿Podría pronunciarlas? ¿Conseguiría que mis palabras hicieran vibrar ese aire tan real? Musité distintas frases para mis adentros. Finalmente, elegí la más sencilla.
-Yumiyoshi, ya es de día -susurré."
Vamos con Cometas en el cielo, tengo que salir ya de ese universo porque acabará con nosotros.

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